El mercado agroalimentario ya no se preocupa solo del mercado nacional, sino también de fabricar productos de marca de distribuidor (MMDD) y de exportar sus productos a nuevos y lejanos mercados, donde la ventaja competitiva no es sólo un buen producto, sino demostrar que los sistemas de gestión de calidad y seguridad de la empresa cumplen los requisitos más exigentes a nivel mundial y con el aval de referenciales específicos y certificables.
Elegir el más adecuado según el mercado al que diriges tus productos es un acierto y no tener en cuenta factores comerciales y de marketing en la elección es un error. Mejorar la competitividad de la empresa ya no es una opción, y ciertos referenciales certificables siendo voluntarios, se han convertido en obligatorios para acceder a nuevos mercados o posicionar tus productos en los lineales de la gran distribución.
En la actualidad, IFS Food y BRC Food son los dos referenciales más aceptados a nivel internacional, y, en el caso de ISO 22000, con su última revisión prevista para este año 2014, se posicionará al mismo nivel de reconocimiento.